viernes, 17 de septiembre de 2010

jueves, 16 de septiembre de 2010

miércoles, 15 de septiembre de 2010




Los alumnos de 3° polimodal trabajaron en un proyecto sobre "Muralismo Mexiano" y su influencia en Argentina.
Apartir del proyecto "Un cacho de cultura", pintaron tres murales (portátiles) en homenaje al: Arte nacional, al Deporte y la Ciencia Argentina.
Raúl Soldi



“Los músicos”
1956
Oleo sobre tela
Glew, provincial de Buenos Aires


Es una escena donde podemos observar un grupo de músicos, sentados, tocando diferentes instrumentos. Los personajes están vestidos con ropa inclasificable y exótica. La piel de los personajes está representada en tonos de gris. No respeta el color local de los objetos o de las figuras. En cuanto a la perspectiva que utiliza, tiende hacia la bidimensionalidad. Tiene un punto de vista central. Las figuras no sugieren la ilusión de volumen. El objetivo que busca es crear un clima de irrealidad, fantasía, imaginación y sensibilidad, asociada con la música que podemos imaginar que va a comenzar a sonar en cualquier momento. No se muestra simetría, no respeta las proporciones de las figuras porque las cabezas son demasiado pequeñas respecto a los cuerpos. El objetivo que busca es recrear una escena que puede ser una imitación de la realidad pero que la va a transformar y la va a ubicar en un entorno de irrealidad, imaginación y fantasía. Las figuras de construcción son diferentes formas de triángulos. Busca con esas figuras sugerir un clima de movimiento al ritmo de la música que está por comenzar. En cuanto a las líneas de dirección, hay predominio de formas diagonales que sugieren inestabilidad y movimiento. El objetivo de esas líneas de dirección es crear la ilusión de movimiento. Usa una armonía por contraste de temperatura. A la izquierda (del espectador) los colores son fríos y se van modificando hasta los colores cálidos de la derecha (del espectador). El objetivo que busca es acompañar la ilusión de movimiento y de ritmo. Posee una iluminación irreal. No hay un foco de iluminación, subraya un clima de irrealidad. Soldi busca llamar nuestra atención con las múltiples pinceladas de colores de los ropajes de los personajes.


Málaga, Azul
Antonio Berni




Antonio Berni nació en Rosario en 1905 y murió en Buenos Aires en 1981. Durante sesenta años se dedicó a la pintura convirtiéndose en uno de los artistas más importantes de la Argentina y de América latina. Fue pintor, grabador, dibujante, muralista, ilustrador, realizó objetos e instalaciones.
Sus padres eran de origen italiano y habían llegado a la Argentina junto con otros miles de inmigrantes. Berni fue un niño prodigio que a los catorce años presentó su primera exposición. Dedicado a pintar paisajes y retratos, realiza tres exposiciones consecutivas y la crítica escribe con entusiasmo sobre sus trabajos. En 1923 expone por primera vez en Buenos Aires y en 1924 comienza sus envíos de obras al Salón Nacional de Bellas Artes que era entonces el concurso público más importante que había en el país para pintores y escultores. Para los artistas argentinos, desde fines del siglo XIX, era fundamental, después de estudiar en la Argentina, perfeccionar el oficio viviendo durante algún tiempo en París o Roma. Se trataba de completar lo aprendido en nuestro país y establecer contacto con lo que pasaba en otras partes del mundo.
En 1925, el Jockey Club de Rosario le otorgó al joven Berni una beca para estudiar en Europa. Se instaló en París y algunos viajes por España, Italia, Holanda y Bélgica le permitieron conocer museos, artistas y obras de la historia del arte que van influenciando sus trabajos. Por ejemplo, en Italia estudia a los maestros del Renacimiento del siglo XV y viaja por ciudades como Florencia visitando sus iglesias, palacios y museos.
Berni inquieto va encontrando constantemente estímulos para sus propias obras. Durante los cinco años que vive en París frecuenta la bohemia intelectual de la ciudad y conoce escritores, poetas, cineastas, políticos, filósofos y artistas de diferentes países que coinciden en la capital francesa. Eran años de fuertes transformaciones culturales después de la Primera Guerra Mundial; de la revolución Rusa, de la difusión del socialismo; había aparecido el psicoanálisis y en el campo de la ciencia se presentaban nuevas teorías. Los artistas desde la primera década del siglo, habían revolucionado el campo del arte con propuestas que se alejaban de la pintura tradicional preocupada por representar la realidad tal cual la vemos con nuestros ojos. Nuevos grupos y movimientos que reciben el nombre de vanguardias, proponen
lenguajes diferentes. El mundo cambia y la función y los problemas del arte también. Berni asistía a todo aquello atento, junto con otros artistas argentinos que vivían entonces en Europa como Raquel Fomer, Alfredo Bigatti, Horacio Butler y Lino Enea Spilimbergo, uno de sus amigos más cercanos.
El principal descubrimiento para Berni en esos años fue la relación entre el arte y la política, el rol del artista como hombre de su tiempo y como actor social. Berni se acerca al comunismo y desde su interés por la política asume el compromiso de reflejar en sus cuadros la realidad del mundo que le toca vivir. Desde entonces, para él, la pintura será su manera de reflexionar sobre la realidad y de intentar transformar el mundo marginal de los trabajadores.
De vuelta en Rosario, tomó parte activa en la vida cultural de su ciudad natal, organizó la Mutua y los Estudiantes de Artistas Plásticos y se unió al Partido Comunista. En 1933, fundó el partido "Nuevo realismo" con la que intentó ir más allá de surrealismo y la adaptación de su pintura a la realidad argentina y americana, a partir de un escenario lleno de discursos, declaraciones y denuncias cuya única intención era centrarse en todos los días a lo extraordinario. Con este fin, se dedicó a la investigación y viajó por todo el país, instalándose definitivamente en Buenos Aires en 1936.
Después de un viaje que le llevará por el sendero de los indios del Perú y los Estados Unidos del noreste, inventó dos personajes que son el centro de sus obras a partir de 1958: Juanito Laguna, una especie de Titi Street, cuya familia vive la recuperación de la chatarra, y Ramona Montiel, arquetipo de la prostituta con un corazón. Las obras dedicadas a Juanito Laguna y Ramona Montiel, dos personajes inventados por él para utilizarlos como símbolos de la niñez explotada en América latina, especial-mente en las grandes ciudades como Buenos Aires, Lima, Río de Janeiro y México.
Se trata de dos habitantes de las villas miserias, esos asentamientos suburbanos surgidos alrededor de los centros industriales en los países en desarrollo, con sus casas precarias y sus habitantes sumergidos en la pobreza y el desamparo.
Juanito Laguna es un niño que vive en una de esas villas miserias y Berni pinta su vida cotidiana, sus juegos, su familia: Juanito mirando la televisión, Juanito remontando su barrilete, Juanito en la laguna, Juanito en navidad, Juanito yendo a la ciudad, Juanito llevándole la comida a su padre obrero metalúrgico. Ramona Montiel es la chica de la villa miseria convertida en prostituta para poder sobrevivir; Ramona aparece rodeada de los hombres que la explotan, Ramona como costurera, Ramona trabajando en el cabaret, Ramona y la adivina, Ramona y su casamiento.

Fernando Jaureguiberry
Antonio Berni

Berni es, quizás, el pintor argentino que más cruda e irónicamente mostró la realidad social de su época, un tiempo en el que la pobreza y la miseria fueron su tema principal, esa realidad que se encargó de denunciar hasta su muerte. Sus obras son una verdadera crónica de la vida política y social argentina, al tiempo que constituyen parte del intento del autor de crear conciencia de la vida de los sectores marginados. Corría la década del 40 y el pintor ya había experimentado el realismo, el impresionismo, y el surrealismo.
Su paso por Europa lo llevó a tomar contacto con los más importantes movimientos plásticos, estudió en los talleres de André Lhote y Othon Friesz, se inició en el grabado de la mano de Max Jacob, conoció el surrealismo de Salvador Dalí, Paul Eluard, Luis Buñuel, Louis Aragon, para luego impulsarlo en América Latina. Sin embargo, el contexto político y cultural europeo de los años ’20 y ’30 crean en Berni una nueva concepción del rol del artista como actor social.
“Juanito”, uno de sus personajes mas significativos, nació en Villa Cartón, allí trabaja juntando basura, recorre los chatarreríos, se baña junto a su perro en los charcos que se forman al costado de los basurales, juega a la bolita, remonta su barrilete, pesca, aprende a leer. Ramona llegó desde el interior en busca de un mejor porvenir. Fue sirvienta, obrera, prostituta y hasta tuvo un amante. Sin embargo, tanto Juanito como Ramona nunca dejaron de soñar con una vida más digna. Juanito Laguna y Ramona Montiel conforman dos arquetipos de los tantos pobres que tomó Antonio Berni de sus recorridas por las calles de Buenos Aires para llevar a cabo su proyecto cultural y político de reivindicación del oprimido.
La obra "Manifestación", está ambientada, justamente en la gran depresión del 30, el comienzo del nazismo, la crisis capitalista y habla del descontento social, pertenece al realismo social, y muestra la cotidianeidad del trabajador unido que pide por trabajo y pan con ansiedad pero no con odio en sus ojos.



De Facio, Cristian
Antonio Berni

Antonio Berni a los 20 años viajó a Europa y en ese período se contactó con artistas pertenecientes a la llamada corriente surrealista. Entre 1928 y 1932 su trabajo se vio influenciado por el surrealismo y la Scuola Metafísica. En su estadía en la capital francesa, se comprometió con la acción política. Por ejemplo, ayudó a su amigo Aragón en la lucha antiimperialista. Además, Berni colaboró en la distribución un periódico para las minorías asiáticas e hizo ilustraciones para otros diarios y revistas.
Regresó de París consternado por la crisis que transcurría en la Argentina. En 1930 en Argentina tiene lugar un golpe de Estado encabezado por e l general José Félix Uriburu, apoyado por grupos políticos conservadores. En esa época prevaleció el fraude electoral y la exclusión política de las mayorías. Por otra parte, los gobiernos dictatoriales se desentendieron de los padecimientos de sectores populares. Con la baja de los salarios y la escasa legislación laboral, la situación económica y social era cruda para la familia promedio del país.
Berni, volvió a radicarse en Rosario, lugar donde predominaban las mafias y la prostitución (en lo que hoy se conoce como Gral. Richieri). Antonio, lejos de desentenderse de esa realidad, colaboró como fotógrafo en una nota encargada a Rodolfo Puiggrós.
En el contexto de la crisis económica del treinta ‘30 y la llamada “Década Infame”, Berni pintó en 1934 “Desocupados” y “Manifestación”. En el transcurso de esos años, el artista comenzó a transitar una etapa denominada “Realismo Social”, en la que sus pinturas representaron los acontecimientos históricos de la década. Con respecto a su compromiso como pintor, diría por el año 1976 "El artista está obligado a vivir con los ojos abiertos y en ese momento (década del 30) la dictadura, la desocupación, la miseria, las huelgas, las luchas obreras, el hambre, las ollas populares creaban una tremenda realidad que rompían los ojos".
“Desocupados” muestra a un grupo de personas dormitando, en una verdadera actitud de desesperanza. Cada figura se encuentra bien delimitada. Cada rostro, excelentemente acabado. El pintor se acercó al tema que representa realizando exhaustivas investigaciones, recopilaciones de archivos de diarios, especialmente aquellas provenientes de crónicas policiales. De hecho, los rasgos fisonómicos de algunos de los personajes surgieron de fotografías que él mismo tomó. Por ejemplo, el rostro del desocupado que aparece en segundo plano fue tomado de una imagen de un vagabundo. La foto constituyó una herramienta crucial para la obra.

Luego de “Manifestación” y “Desocupados” le siguieron “Chacareros” (1934) y “Retrato” (1946): la caracterización de dos chicos de clase acomodada, la antítesis de la zaga de Juanito Laguna y Ramona Montiel.
También a lo largo de su recorrido como artista retrató diversas situaciones, aspectos y temáticas que atravesaron la vida de los argentinos. Por ejemplo, “La fogata de San Juan” (1943), “Migración” (1954) y “Cristo en el Garage” (1981).

El nuevo realismo da origen a la representación de la problemática social, arte como testimonio y compromiso ético. Berni fue un profesional que presentó sus trabajos sin la ególatra ilusión de que sean evaluadas como un mero espectáculo estético. Para generaciones futuras, quedará como modelo de ciudadano comprometido con la sociedad. Un ejemplo de audacia y profesionalismo. Una persona que consideró que: "Ser artista es una de las mayores formas de ser libre”.



Cristobal Torre